“La energía siempre sigue a la intención” Este es un proverbio muy antiguo de los chamanes Huna de Hawaii. Ellos dicen también que el universo es un verdadero lugar de abundancia con inmensas posibilidades para aquel que las ve, por lo que si ponemos nuestra mente enfocada en aquello que queremos no tendríamos que quejarnos de nada y todo seria un verdadero Edén. Ellos creen que existe una ley de “sincronicidad” donde nos toca estar siempre en el lugar correcto a la hora correcta para desenvolver positivamente la trama que nos hemos impuesto desde que nuestra alma hizo la decisión de encarnar. Tal vez cueste creer en esto cuando para nosotros esos lugares o situaciones, donde nos encontramos algunas veces, no son los deseados y menos así las consecuencias de esos actos, ya que nos crearon más problemas que soluciones. ¿Por qué pasa esto? Porque la decisión la hacemos en “reacción” y no en “acción”, o sea que basamos nuestras decisiones en experiencias pasadas y no discernimos correctamente ya que nuestras emociones (afloradas del pasado) se entrometen y es precisamente ahí que nos llevan a perder la verdadera lección.
El Universo está totalmente lleno de todo aquello que queremos, esa persona especial que nos brinde una relación amorosa, feliz, la prosperidad que queremos, la salud perfecta, el rejuvenecimiento, la carrera o situación laboral ideal, y otras muchas cosas con las que cada día soñamos. Sólo que necesitamos abrir nuestro corazón a desearlo realmente y a no descansar hasta conseguirlo. Por supuesto, nos resultaría más fácil si limpiáramos primero toda esa programación negativa que nos ha invalidado todos estos años ya que desafortunadamente todas las generaciones de los últimos 2,000 años se fueron apoyando en buscar logros materiales, a través de hechos externos y actos competitivos. La idea del pecado, los castigos del infierno, el respeto a Dios, más por temor que por amor, fueron paradigmas totalmente inciertos que nos fueron robando nuestro verdadero poder. Nos enseñaron que “el ojo por el ojo y el diente por en diente” era una ley de venganza y no una forma de acción y retribución, que Dios estaba en el Cielo donde solo unos pocos eran escogidos llegar a El y no que Dios está en cada uno de nosotros ya que “como es arriba es abajo”, por lo que para encontrarlo tenemos que mirar hacia nuestro interior pues es ahí donde realmente se encuentra nuestra DIVINIDAD. Es ahí donde nuestra alma maestra, aquella parte nuestra que nunca se desconectó del Sol Central que es Dios, habita realmente. Una vez que se hace este cambio de consciencia es que podremos ver que nuestra mente crea paraísos o infiernos y que depende solamente de nosotros conseguir lo que queremos, ya sea material, o espiritual ya que para atraerlo dependerá de lo que nuestra mente quiera crear. Tus pensamientos son los verdaderos creadores de tu futuro así es que si proyectas negatividad, eso tendrás pero si pones tu mente positiva, sólo buenas cosas podrán llegar a ti aun cuando parezca negativo el resultado. Por ejemplo: la pérdida de un trabajo, de una relación y hasta sufrir de una enfermedad puede ser una gran respuesta a aquel cambio que veníamos deseando. Siempre se debe tener claro que aquello que parece un obstáculo nos puede estar señalando donde está la solución. Recuerden que en China, ese pueblo milenario que se ha mantenido conectado a sus sabios a través de sus costumbres rituales y religiosas, escriben la palabra “crisis” con el mismo ideograma (símbolo) con el que escriben “oportunidad”.
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