Por: El Universal - 03 de jul de 2007.
MÉXICO, DF.- Hasta hace diez años, Lilian Sacal (43 años) estaba completamente dedicada a su hogar y a cuidar de sus tres hijos, que hoy tienen 23, 21 y 17 años.
To Be Natural, una empresa familiar que opera desde hace diez años y que se dedica a deshidratar frutas y verduras completamente naturales sin colorante, ni sabores artificiales. (Archivo)
En esos menesteres de ser mamá, le preocupaba que sus pequeños se alimentaran bien y como resultaba imposible que ella se metiera en sus loncheras para ver qué comían y qué no, decidió hacer algo al respecto.
En esos menesteres de ser mamá, le preocupaba que sus pequeños se alimentaran bien y como resultaba imposible que ella se metiera en sus loncheras para ver qué comían y qué no, decidió hacer algo al respecto.
En aproximadamente dos meses, Lilian se vio tomando cursos sobre deshidratación de frutas y verduras: “La idea me vino porque así era mucho más fácil que ellos las trasladaran, me puse a estudiar y me enteré que guardan más propiedades y fibra así deshidratadas”, comenta en entrevista Lilian Sacal.
Ése fue el inicio de lo que tiempo después sería To Be Natural, una empresa familiar que opera desde hace diez años y que se dedica a deshidratar frutas y verduras completamente naturales sin colorante, ni sabores artificiales: “Ha sido un proceso bastante largo y un poco complicado. De hecho la empresa no se llamaba To Be Natural y ha sido un proceso de cambiar la imagen y el empaque conforme lo que demanda el mercado”.
Lilian comenzó sola desde la cocina de su casa, aunque de vez en cuando le echaban la mano sus hijos y esposo: “Empezábamos a venderle a las amistades, después nos fuimos metiendo en tiendas chicas y así fuimos creciendo”. Tras dos años de operar de esa forma, salieron a rentar un local y pasaron de un catálogo de 13 productos a 26 que hoy comercializan. Lo primero que desarrollaron fueron manzanas, a las cuales después les pusieron canela y a otras chile: “Todo sale por intuición, por gusto, también por lo que van o iban diciendo mis hijos”.
Recuerda que su primera inversión fue de aproximadamente 26 mil pesos, los cuales ocupó en comprar maquinaria muy sencilla, empaque y materia prima: “Fue una inversión inicial muy mínima, pero cada vez que queremos crecer y dar un paso más, hemos tenido que invertir más. En principio, los recursos salían de la misma empresa, pero la verdad es que nuestras metas han sido demasiado ambiciosas y hemos tenido que recurrir a dinero de la familia”.
Con la empresa ya en marcha, Lilian hizo estudios en alta dirección de empresas, mercadotecnia, contabilidad, liderazgo, entre otros. Hoy, tiene nueve empleados y una capacidad de producción de 80 kilos diarios.
Su primer cliente grande fue panaderías Trico y el último, Sears, pero también venden en La Europea, Liverpool y Palacio de Hierro: “Nos ha costado mucho trabajo porque no tenemos la cultura de comer sano y competimos contra mucha comida chatarra. Además el costo del producto no lo pueden comparar contra el beneficio que obtienen porque no somos un país con esa educación de comer sano. Nuestra labor, más que vender, ha sido educar a la gente para tener otra visión de comer mucho más sano y nutrirse mejor”.
También venden fuera de México en las tiendas de El Corte Inglés, en España, y también en Houston.
Sacal cuenta sobre sus intentos por recurrir a apoyos de Bancomext, como cuando tuvieron que hacer su primera exportación a El Corte Inglés: “Cuando solicitamos el crédito, nos habían dicho que tuviéramos primero el pedido, una vez que lo tuvimos, cambiaron las leyes y nos dijeron que iba a ser casi imposible. Ya viéndonos con el pedido en la mano, casi me pongo a chillar porque no sabía qué iba a hacer, pero gracias a Dios que conté con mi familia y todos apoyaron con trabajo, con esfuerzo, con dinero, con todo y lo logramos”.
Sobre las dificultades de la exportación, señala que ha sido un poco complicado: “Los trámites a veces se atoran, no fluyen, hay trabas en cuestión de papeleo, creo que eso fue lo más difícil, no tanto encontrar el cliente”. Recuerda que cuando hicieron su primera exportación, tuvieron hasta penalidades por no haber entregado el pedido a tiempo porque el envío se retrasó cerca de mes y medio por papeleo en México.
Sus planes son continuar con las exportaciones, aliarse con empresas fuera de México para vender en todo Estados Unidos y poder deshidratar fruta orgánica.
El precio es estandarizado y es de 24 pesos la bolsa, excepto la fresa, el mango, el durazno y el kiwi.
Los más buscados son la manzana, fresa y mango.
El precio es estandarizado y es de 24 pesos la bolsa, excepto la fresa, el mango, el durazno y el kiwi.
Los más buscados son la manzana, fresa y mango.
Tomado del diario El Siglo de Torreón:
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