¿Alguna vez has observado el comportamiento del agua en un río? Cuando el agua fluye, está sana y va dando vida a su paso. Si el agua deja de fluir, se estanca, huele mal y deja de ser útil para consumo.
En la vida, el orden divino es fluir, moverse, crecer y dejar ir. Sin embargo el temor y la necesidad de tener algo que brinde seguridad, nos hace detenernos y entonces nos estancamos y enfermamos.
Conozco personas que están infelices en su trabajo, saben que el ciclo en ese lugar ha terminado y sin embargo continúan aferrándose a ese lugar por el miedo de no encontrar algo que les brinde el ingreso económico "asegurado" que tienen ahí. Olvidan que la fuente de toda prosperidad está dentro de ellas mismas y ese trabajo solo es una avenida de ingresos, pero que al percibirla como todo lo que tienen para vivir, le ceden su propio poder.
Los seres humanos nos aferramos a todo tipo de cosas y circunstancias:
- Nos aferramos a los hijos creyendo que nos pertenecen y dificultándoles tomar sus decisiones y seguir su camino, nos justificamos basados en nuestras propias experiencias de vida y creyendo que solo nosotros tenemos todas las respuestas para su vida.
- Nos aferramos a una pareja, poniendo nuestra felicidad en sus manos, olvidando que somos nosotros quienes decidimos momento a momento como sentirnos.
- Nos aferramos a permanecer en los lugares conocidos y a las personas conocidas porque tenemos miedo de crecer y de enfrentar circunstancias de vida diferentes que nos exijan usar nuestros recursos de maneras distintas a las que teníamos muy dominadas con anterioridad y perdemos oportunidades de mejorar.
- Nos aferramos a las viejas maneras de hacer las cosas y evitamos evolucionar y fluir con el ritmo de la vida.
Y la lista sigue, con todas aquellas cosas que creemos nos dan seguridad o estabilidad y que no son mas que ilusiones. Nos gusta controlar lo que hacemos, llevamos agendas escrupulosamente redactadas que no nos dejen tiempo a los imprevistos, que nos muestren lo que vamos a hacer cada momento de nuestra vida y sin embargo olvidamos que en nosotros existe todo lo que necesitamos para madurar.
En mi experiencia, ha sido en los momentos mas difíciles de mi vida y en los que he reconocido que no tengo el control de nada, cuando he vivido las experiencias de abandono mas genuinas. Han sido momentos en los que sin buscarlo de alguna forma, naturalmente me conecto con mi capacidad de abandonarme y pongo mi vida completa en manos de la Divinidad, diciendo "que se haga Tu Voluntad" y he descubierto que su Voluntad siempre es el Bien. Es tan liberador darse cuenta que no tengo que hacerlo todo yo, excepto permitirme ir al ritmo de la Vida misma y que no hay esquemas ni manuales de cómo es la vida perfecta desde el punto de vista de los demás, sino que yo soy la que diseño mi vida en base a mis elecciones y la mas grande elección que cada día puedo hacer es Fluir con la Vida.
2 comentarios:
Hola, gracias por los blogs.
En un mensaje que te envíe hace algunos meses te comenté de los cambios no agradables que se suscitaron en mi vida, sin embargo, ahora considero que fueron consecuencias por no permitir fluir mi vida y por haberme aferrado a un trabajo que me brindo muchas comodidades y capacitaciones en el extranjero. Estoy consciente de que las cosas suceden por algo y hay que tomar lo bueno de cada situación.
Por cierto, les recomiendo el programa anti estrés, es buenísimo, la primera ocasión que lo escuché me ayudo en gran medida para olvidarme de un molesto dolor en el cuello, de hecho, había acudido con doctores, había tomado cuanto medicamento me recomendaban, pomadas, ungüentos y demás, sin resolver mi problema. Cuando se sientan cansados y agotados, acudan al programa anti estrés e inmediatamente sentirán un cambio impresionante.
Gracias Cris, por compartir tus conocimientos y experiencias, eres un ángel.
Gracias Juanita,
por compartirnos tu experiencia. Yo también creo que las casualidades no existen y que todo tiene su tiempo y su momento.
Así son los aprendizajes, vienen desde dentro apoyados por los elementos que recibimos de fuera cuando estamos preparados para verlos.
Me da gusto saber de ti.
Un abarzo
Cris
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