Los que somos padres, hemos dicho al menos una vez la conocida frase: "Para ser padres no se estudia", porque no existe una carrera como licenciatura en paternidad o algo parecido. La verdad es que para ser padres nos hemos preparado desde el momento de nuestra concepción, con las expectativas de nuestros propios progenitores y a partir de nuestro nacimiento y en todo nuestro desarrollo con sus conductas y emociones dentro de la relación que tuvieron con nosotros.
Esta es la forma en que hemos aprendido a ser padres, ya sea porque repetimos sus patrones de manera inconsciente o porque tratamos de manera consciente de alejarnos de ellos y evitar repetirlos en nuestra relación con nuestros propios hijos.
Sea como sea nadie escapa a los aprendizajes de la vida temprana. De esta forma en la relación que tienes con cada uno de tus hijos se ponen de manifiesto tus propias vivencias, sueños, temores, deseos, situaciones inconclusas de la infancia y tu hijo con sus conductas (sea que las califiques de positivas o negativas, saludables o nocivas) es un espejo que refleja tu propio interior.
Descubrirlo es sumamente enriquecedor porque entonces dejarás de lidiar "afuera" tratando de utilizar todas las estrategias que te han dicho pueden serte útiles para que tu hijo deje de ser lo que no quieres y sea la persona que deseas y empezarás a ver "dentro" para sanar tu interior y permitir a tu hijo liberarse de tus propios conceptos y ser la persona que elija ser.
Esto puede resultarte intimidante, solo si deseas tener el contro de la vida de tus hijos, pero creo que en el fondo de cada padre existe el deseo de que ellos sean felices y plenos.
Quizá ahora te preguntes: ¿hasta dónde somos capaces de influir en la realidad de nuestros hijos? Te comparto que cuando decidimos que era tiempo que mi segunda hija entrara al colegio, yo ya había pasado por esa experiencia años atrás con mi hija mayor. Se diría pues que habría en mi menos angustia de separación, pero yo me sentía incómoda. Así que empecé a trabajar con una técnica de desbloqueo esa incomodidad y lo que descubrí fue a una niña asustada (yo misma) con miedo al abandono. Estuve trabajando en esto pocos días antes de la entrada de la niña al colegio con un gran alivio de mis sentimientos de angustia por el abandono, así que cuando llegó el momento, mi hija se bajó del auto con su mochila y con los otros niños entró al colegio. Ni siquiera volteó atrás. Supe en ese momento que había sanado la parte de mi que tenía miedo a ser abandonada y que se reflejaba en mi hija.
Cada uno de nosotros guarda sus propios aprendizajes y aspectos a resolver y superar. El gran beneficio es tener la facultad de tomar esas dificultades que vivimos en relación a los hijos como una oportunidad de sanarnos y ser mas libres y felices.
Te invito a conocer más sobre como funcionan estos procesos, a la vez que aprendes técnicas sencillas para el cambio en el:
Seminario: "El reto de ser padres, la gran oportunidad de crecimiento interior"
Fecha: Sábado 1 de Diciembre
Horario: 10:00 a.m. hora del centro de México Inversión: $15.00 usdlls.
Cierre de Inscricpciones: 30 de Noviembre
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