El juego de la vida empieza antes de tener un cuerpo físico, eligiendo la experiencia humana. Al nacer una parte del juego consiste en olvidar quienes somos y a que hemos venido. Conforme nos adentramos a la sociedad, aprendiendo lo que en ella se vive y se considera deseable, el EGO va adquiriendo mas fuerza y voz para manifestarse, dejando de lado los deseos del corazón, entrando en una carrera cuyo objetivo es tener y hacer antes que Ser.
He podido observar que hacen falta experiencias que nos sacudan fuertemente para recordar nuestra esencia espiritual y reconocer nuestra conexión con Todo lo que Es, pero no porque sea la única manera de "volver en nosotros" si no porque hay ocasiones en que todas las demás señales que nos hablan de eso, son ignoradas por nosotros. Don Juan Matus, bajo la letra de Carlos Castaneda, en Viaje a Ixtlán, le dice a éste cuando lo toma por aprendiz que la muerte es su compañera y que siempre lo acompaña, lo cual me parece muy certero, ya que desde el momento de nuestra misma concepción vida y muerte van de la mano. La visión de nuestra muerte de muy cerca, es pues una de esas experiencias que pueden sacudirnos tanto que nos da la oportunidad de revalorar nuestra propia vida. Pero como ya dije, no es necesario verla tan de cerca para ver y oir lo que siempre ha estado ahí.
El siguiente video es de una conferencia de Randy Pausch en el programa de Oprha que nos muestra la perspectiva de alguien que se da cuenta de que su vida en este plano físico está por terminar.
Al principio en los subtítulos en la parte que dice patético debe decir hipotético.
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