Cristina Galván Campos
El anhelo de toda pareja es ver perpetuado su amor en un nuevo ser, parte de ambos, y la espera empieza en el momento en el que los análisis de embarazo dan resultado positivo. En ese momento en la fantasía de cada uno de los padres, y de los abuelos, y de los tíos y de toda persona allegada emocionalmente a la pareja empiezan a crearse ideas acerca de ese nuevo ser, que si va a ser niña o niño, va a ser el mejor deportista o una bella bailarina, y empieza el proceso de comprar todo tipo de artículos útiles e inútiles para recibirlo. Y cuando por fin llega, los padres ven colmada su dicha, sin embargo ese sueño va adquiriendo nuevos matices en el momento en que se dan cuenta de que el bebé recién llegado tiene necesidades y depende al 100% de ellos, no sabe de horarios y además tiene muy buen pulmón. ¿En dónde quedó todo el romanticismo?, oculto tras quince días de noches insomnes.
Son esos momentos los que empiezan a poner de manifiesto nuestras incapacidades de entendimiento, como ahora somos adultos, olvidamos lo que se siente ser niño y queremos que nuestros hijos se comporten con toda etiqueta cuando su momento les exige aprender a través de la manipulación de toda clase de sustancias, y maravillarse con todos sus descubrimientos científicos, incluidos aquellos en los que descubren por ejemplo que tienen una gran pantalla de expresión en la pared de la sala usando sus colores de cera.
Como padres debemos tener en cuenta de que de nuestra actitud y respuesta en esos momentos va a depender la autoestima de esos pequeños, ellos pueden andar en calcetines todo el día, incluso usarlos como instrumentos para deslizarse por todo el corredor de la casa cual patines, pero de la forma en como tu manejas ese suceso le das permiso o no para ser feliz. Los calcetines se acaban o simplemente crece y ya no le quedan, pero su alma estará con él el resto de su vida. Siempre hay opciones para elegir, pero los gritos, insultos y golpes no deben ser una de ellas, pues al usarlos lo único que se logra es que se sienta inadecuado y torpe, alejándose de la capacidad de ser feliz.
Darle tiempo a tu hijo es lo mas valioso que puedes darle, pues los niños traducen el amor en tiempo y cuando tú, la persona mas ocupada e importante que conoce se sienta a jugar con él y lo disfruta, tu hijo se siente a su vez sumamente importante y eso incrementa su autoestima, no así cuando percibe que para ti es mas importante la televisión o tu diario que él.
0 comentarios:
Publicar un comentario