Cristina Galván Campos
Cuando iniciaba sus estudios Tomás Alva Edison fue sujeto de un “determinante” diagnóstico de su maestra, según el cual Edison era retrasado y no lograría aprender, afortunadamente para él y para la humanidad, su madre tuvo la capacidad de poner en tela de duda tan “profesionales” comentarios y resistiéndose a creer semejante cosa sacó al pequeño Edison de la escuela, y se convirtió en su maestra con los excelentes resultados que ya todos conocemos; por supuesto la historia hubiera sido otra si ella hubiera creído a pie juntillas la opinión de aquella maestra.
Como padres nosotros podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar el enorme potencial que ya poseen creyendo en ellos.
Piensa por un momento en cada uno de tus hijos y detecta el concepto que tienes de ellos, te darás cuenta que ese concepto se corresponde con sus actuales conductas y actitudes, creerás que tu idea de ellos se ha formado por éstas últimas pero te sorprenderás al saber que en realidad es a la inversa: a través de lo que tu crees vas conduciéndolos por uno u otro camino.
Esto lo puedes percibir mas claramente si tienes varios hijos y uno de ello es para ti el “hijo modelo” y otro tu “dolor de cabeza”, piénsalo y caerás en cuenta que ya desde tu pensamiento hay diferencias importantes y con él, tus sentimientos, respiración, tono de voz, postura corporal, gestos, etc.. Cuando te relacionas con uno o con otro, estas diferencias a penas perceptibles son captadas por ellos y reaccionan en consecuencia, comportándose tal como tu esperas o temes que lo hagan.
Prueba a tratar a tu “hijo problema” como si fuera tu “hijo modelo” y de esta forma lo liberarás de tu concepto negativo facultándolo así para que muestre lo mejor de si mismo. Aprende a ver mas allá de lo que tu crees es evidente y de esa forma podrás realmente ver lo que siempre ha estado ahí.
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