Notas del articulo de Wayne W. Dyer
Los puntos esenciales de la Intención
Recibido de la lista co-creando abundancia
Durante los últimos veinticinco años he notado un cambio en mi pensamiento, que ha pasado de lo puramente psicológico o de desarrollo personal a una orientación espiritual, en la que existen verdaderas posibilidades de curación, de obrar milagros, de manifestar y establecer contacto con la inteligencia divina.
Podemos encontrar soluciones espirituales a los problemas viviendo en niveles superiores y recurriendo a energías más rápidas. Mentalmente, la intención es un concepto mucho más amplio que la decisión del ego o la voluntad individual. Es casi justo lo contrario. Quizá se deba a que me he despojado de muchos niveles del ego en mi propia vida, pero también noto la fuerte influencia de dos frases que leí en un libro de Carlos Castaneda.
Las palabras de Castaneda eran las siguientes: «El propósito es una fuerza que existe en el universo. Cuando los hechiceros (los que viven de la Fuente ) llaman al propósito, él acude y señala el camino de la realización, lo que significa que los hechiceros siempre consiguen lo que se proponen».
¡La intención no es algo que la persona hace, sino una fuerza que existe en el universo como campo de energía invisible! Nunca había pensado en la intención en esos términos hasta leer las palabras de Castaneda.
Había experimentado el satori, o despertar instantáneo, y estaba empeñado en transmitir esa idea a los demás. Veía claramente que tener acceso a la energía de la intención aliviaba gran parte de la tarea, en apariencia imposible, de luchar por cumplir los deseos con la simple fuerza de voluntad.
Libro El poder de la intención. Espero que este libro te ayude a pensar en la intención de una forma distinta y a emplearla de modo que llegues a definirte como proponía Patanjali hace más de veinte siglos: «Se abren a la vida las fuerzas, las facultades y las posibilidades durmientes, y descubres que eres una persona mucho mejor de lo que jamás te habías considerado».
Esas dos palabras de Patanjali, «fuerzas durmientes», me dieron el impulso para escribir sobre la intención. Patanjali se refería a las fuerzas que parecen inexistentes o muertas, y también se refería a la poderosa energía que siente una persona cuando está inspirada. Si te has sentido alguna vez inspirado por un objetivo o una llamada, conocerás la sensación del Espíritu actuando sobre ti. Inspirado equivale a animado interiormente.
¿En qué consisten esas fuerzas? ¿Dónde están situadas? ¿Quién puede emplearlas? ¿A quién se le niega el acceso a ellas? ¿Y por qué? Estas preguntas me han impulsado a investigar y a escribir este libro, después de lo cual he llegado a un perspectiva completamente nueva de la intención.
Sé que la intención es una fuerza que todos llevamos en nuestro interior. La intención es un campo de energía que fluye de una forma invisible, fuera del alcance de nuestros hábitos normales, cotidianos. Está ahí aun antes de que seamos concebidos. Tenemos los medios de atraer esa energía y experimentar la vida de una forma fascinante, nueva.¿Dónde se encuentra ese campo llamado «intención»?
Algunos destacados investigadores creen que nuestra inteligencia, creatividad e imaginación interactúan con el campo de energía de la intención, no que sean pensamientos o elementos de nuestro cerebro. El genial científico David Bohm apunta en Wholeness and the Implicate Order [La totalidad y el orden implicado] que toda la fuerza y la información ordenadora están presentes en un terreno invisible o realidad superior y que se puede acudir a ellas en momentos de necesidad. He encontrado miles de ejemplos de esta clase de conclusiones en mis investigaciones y lecturas. Si al lector le atraen las pruebas científicas, le recomiendo la lectura de The Field: The Quest for the Secret Force of the Universe [El campo: búsqueda de la fuerza secreta del universo], de Lynne McTaggart. Su libro presenta numerosos estudios que corroboran la existencia de una dimensión de energía más alta y más rápida o campo de la intención al que cualquiera puede conectarse.
La respuesta a dónde está ese campo es la siguiente: no existe ningún lugar en el que no esté, porque en el universo todo lleva una intención intrínseca. Esto se aplica a todas las formas de vida, ya sea un ñu, un rosal o una montaña.
Una flor de manzano en primavera parece simplemente una florecita preciosa, pero tiene un propósito intrínseco y en verano se manifestará como una manzana. La intención no yerra. La bellota no se transformará en calabaza, ni la flor del manzano en una naranja. Todo aspecto de la naturaleza, sin excepción, tiene una intención intrínseca y, que nosotros sepamos, nada en la naturaleza cuestiona el camino que ha de seguir para hacerla realidad. La naturaleza se limita a desarrollarse armónicamente a partir del campo de la intención. La energía de este campo también dispuso esa intención en nosotros.
Al examinar la danza de la semilla para intentar descubrir su origen, retrocediendo hacia la Creación , al principio encontramos moléculas, después átomos, electrones, partículas atómicas y partículas sub subatómicas. En última instancia, si pusiéramos esas minúsculas partículas subatómicas cuánticas en un acelerador de partículas y las hiciéramos colisionar para intentar dar con la clave del origen de la vida, descubriríamos lo que ya habían descubierto Einstein y sus colegas: que no existe una partícula en la Fuente ; las partículas no crean más partículas. La Fuente , que es intención, es energía pura, ilimitada, con unas vibraciones tan rápidas que desafían toda medición y observación. Es invisible, sin forma ni límites. De modo que, en nuestra Fuente, somos energía amorfa, y en ese campo espiritual de la energía, informe y vibrante, reside la intención.
El campo de la intención no se puede describir con palabras, porque las palabras emanan de ese campo, al igual que las preguntas. Ese lugar que no ocupa lugar es la intención, que es lo que decide todo por nosotros. Es lo que hace que me crezcan las uñas, que lata mi corazón, que digiera los alimentos, que escriba mis libros, y hace otro tanto para todo y todos en el universo. Y eso me recuerda un antiguo relato chino de Chuang Tzu, que me encanta:
El significado de la intención omnipresente
El significado de la intención omnipresente
Imagínate una fuerza que está en todas partes. No hay sitio alguno en el que no esté. No se puede dividir y está presente en todo cuanto ves y tocas. Extiende tu consciencia de este campo infinito de energía hasta más allá del mundo de la forma y los límites. Esta infinita fuerza invisible está en todos lados, tanto en lo físico como en lo no físico.
Tu cuerpo físico forma parte de la totalidad que emana de esa energía. En el momento de la concepción, la intención pone en marcha la forma física que adoptarás y el desarrollo del proceso de crecimiento y de envejecimiento. También pone en marcha los aspectos no físicos, como las emociones, los pensamientos y la forma de ser. En este caso, la intención es el potencial infinito que activa tu aparición física y no física sobre la tierra. De lo omnipresente has pasado a ser presente, en el tiempo y el espacio. Porque es omnipresente, puedes acceder a este campo de la energía de la intención tras tu llegada física a la Tierra. La única manera de desactivar esa fuerza durmiente consiste en convencerte de que estás separado de ella.
Activar la intención significa reintegrarte a tu Fuente y convertirte en un moderno hechicero. Ser hechicero significa alcanzar el nivel de consciencia en el que se pueden conseguir cosas antes inconcebibles. Como explica Carlos Castaneda: «La tarea de los hechiceros consistía en enfrentarse a la infinitud (la intención), y se sumergían en ella a diario, como el pescador se sumerge en el mar».
La intención es una fuerza presente en todas partes como campo de energía; no se limita al desarrollo físico. También es el origen del desarrollo no físico. Ese campo de la intención existe aquí y ahora, y puedes acceder a él. Cuando lo actives, empezarás a notar que tu vida tiene un objetivo y te dejarás guiar por tu ser infinito.
La energía omnipresente de la intención late en tu interior hacia tu potencial para una vida con sentido.Lo único que necesitamos es reajustarnos y activar la intención. Pero, para empezar, ¿cómo nos desconectamos? ¿Cómo perdimos nuestra capacidad natural de conectarnos? Los leones, los peces y las aves no se desconectan. Los mundos animal, vegetal y mineral siempre están conectados a su Fuente. No ponen en entredicho su intención. Los seres humanos, a pesar de nuestra capacidad supuestamente más elevada para las funciones cerebrales, tenemos algo que denominamos el ego, una idea sobre quiénes y qué somos que elaboramos nosotros mismos.
El ego está compuesto de seis elementos primarios que explican cómo sentimos la experiencia de nosotros mismos al estar desconectados. Al permitir que el ego decida el sendero de tu vida, desactivas la fuerza de la intención. A continuación resumo las seis convicciones del ego. En otras obras mías, sobre todo en Tu yo sagrado, tengo escritas más cosas sobre este tema.
1. Soy lo que tengo. Lo que poseo me define.
2. Soy lo que hago. Lo que consigo me define.
3. Soy lo que los demás piensan de mí. Mi reputación me define.
4. Estoy separado de todos los demás. Mi cuerpo me define como ser único.
5. Estoy separado de todo lo que me falta en la vida. Mi espacio vital está desconectado de mis deseos.
6. Estoy separado de Dios. Mi vida depende de la evaluacion de mis meritos por parte de Dios.
Por mucho que se intente, no se puede acceder a la intención a través del ego, dedica tiempo a reconocer y reajustar alguna de estas convicciones, o las seis. Cuando se debilite en tu vida la supremacía del ego, podrás buscar la intención y aumentar al máximo tu potencial.Cuatro pasos hacia la intención
Activar la fuerza de la intención es un proceso que consiste en conectar con tu ser natural y deshacerte de la identificació n del ego. El proceso se desarrolla en cuatro etapas:
1. La disciplina es la primera etapa. Aprender una nueva tarea requiere entrenar el cuerpo para que actúe como lo desean tus pensamientos. Por eso, eliminar la identificación del ego no significa desconectarte de la relación con tu cuerpo, sino entrenarlo para activar esos deseos. Se consigue con práctica, ejercicio, hábitos saludables, comida sana, etcétera.
2. La sabiduría es la segunda etapa. La sabiduría combinada con la disciplina fomenta tu capacidad para centrarte y tener paciencia a medida que armonizas tus pensamientos, tu intelecto y tus sentimientos con el trabajo de tu cuerpo.
3. El amor es la tercera etapa. Tras disciplinar el cuerpo con la sabiduría y estudiar intelectualmente una tarea, este proceso de maestría supone amar lo que haces y hacer lo que amas.
4. La entrega es la cuarta etapa. Ese es el lugar de la intención. Aquí es donde tu cuerpo y tu mente no llevan la batuta y te aproximas a la intención. «En el universo hay una fuerza inconmensurable, indescriptible, que los chamanes llaman “propósito”, y absolutamente todo lo que existe en el cosmos está unido al propósito por un vínculo de conexión.» Así lo describe Carlos Castaneda. Te relajas y te dejas llevar por la misma fuerza que transforma las bellotas en árboles, las flores en frutos y unos puntitos microscópicos en seres humanos. Crea tu propio vínculo de conexión. Ese «absolutamente todo en el cosmos» os incluye a ti y a tu ser disciplinado, sabio y amante, y todos tus pensamientos y sentimientos. Cuando te entregas, te iluminas y puedes consultar a tu alma infinita. Entonces puedes acceder a la fuerza de la intención, que te llevará a donde crees que estás destinado a llegar.
Todas estas reflexiones sobre la intención y la entrega quizá te lleven a plantearte dónde tiene cabida el libre albedrío. Quizá llegues a la conclusión de que no existe el libre albedrío o que te transformas en lo que dicte tu programa.
Wayne W. Dyer
3 comentarios:
Excelente post para una Vida Plena!
hola
si no me equivoco lo q publicaste está extraído de "El poder de la intención" lo q es conferencia en dvd.
ví esa charla de Wayne y me encantó
y estoy terminando "Tu última llamada para la inspiración", excelente también
un beso!
suerte
Wow! ... tremendo texto!... Es justo la respuesta que andaba buscando en mi corazón!... Y la respuesta me buscaba a mi. Ya que entré al blog por casualidad! Gracias por esta lección!.
Un abrazo desde Venezuela!
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